LOS AUTÓGRAFOS: DE DONDE SURGEN Y SU INDUSTRIA MILLONARIA.
Tal vez alguna vez le pediste un autógrafo a un artista, un deportista o a una personalidad famosa. Si no lo has hecho, seguro que conoces a alguien que atesora en su casa algún objeto, un papel, una camiseta o una pelota firmada por su ídolo.
Las firmas tienen una importancia vital al estamparse; con ellas se autorizan diferentes tipos de transacciones o simplemente sirven de recuerdo, como sucede con los autógrafos.
Un autógrafo es un documento escrito totalmente a mano por su autor. Fuera del ámbito de la historia, un autógrafo es una firma dedicada por una persona famosa a un fan o admirador.
Hay quienes tienen en su casa un objeto que vale miles de euros y no lo saben, pero ¿de dónde surge el deseo de pedirle a alguien una firma y guardarla como un auténtico tesoro?.
1. Cuál es su origen?
En época de los romanos y de los griegos, los anillos de sello servían para identificar a sus propietarios. Los anillos de sello distintivo eran una especie de DNI, la manera de probar que una persona era quien decía ser.
Pero no fue hasta el Siglo XV en Europa, cuando se comienzan a coleccionar autógrafos por diferentes motivos: inspiración, devoción, cercanía. Los autógrafos son la forma más antigua de coleccionar recuerdos, especialmente en el mundo del entretenimiento.
Aunque no fue hasta el siglo XIX y, especialmente principios del XX, cuando coleccionar autógrafos empezó a ponerse de moda. Los amantes del teatro pedían a sus actores favoritos que les firmaran de su puño y letra el programa, mientras que los amantes del cine pedían fotos firmadas a sus ídolos para sentir una cierta conexión con ellos.
Es en el Siglo XX cuando se populariza la idea de tener “una parte de” aquellas personas a las que admiramos, ya sean cantantes, escritores, actores o actrices famosos, como si tener una firma de estas personas nos acercara un poco a ellas. La práctica de coleccionar objetos de personas admiradas trasciende culturas y religiones, como si se tratara de objetos encantados que tiene una especie de “magia” que nos une con la persona de la que proceden.
Coleccionar autógrafos puede ser una adicción, pero a la vez puede ser muy gratificante. Representa la emoción de conocer personalmente a tu estrella favorita y poseer una parte de su esencia. La gente quiere pensar que la persona a la que idolatran, respetan y aman ha tocado ese papel que contiene su firma. Y de esa forma “se sienten cerca de ella”, explicó Nathan Raab, encargado de negocios de Raab Collection, una firma estadounidense con más de 30 años en el negocio de la compraventa de documentos históricos, fotografías y autógrafos.
Junto a estos autógrafos consistentes en una firma, se empezó a popularizar también guardar “cartas” de personajes famosos. Celebre y muy cotizada es ya una carta del científico Albert Einstein en la cual explica la termodinámica de los líquidos, presión y equilibrio. O algunas cartas de George Washington (expresidente de Estados Unidos) durante la guerra.
2. Cuidado con las falsificaciones.
La oferta y la demanda determina el precio de los autógrafos, como en cualquier otro mercado: cuanto más famoso es quien escribe, más valioso es todo aquello que tenga que ver con dicha persona. Cuanto más raro e importante históricamente es el objeto, mayor es su valor.
Los autógrafos son a veces piezas únicas, lo que incrementa su precio. Otras veces son series, o hay miles de ellos, lo que hace que su valor sea menor por haber una mayor oferta.
El valor de los autógrafos ha disparado también la imaginación de los falsificadores, ávidos de sacar beneficio de las firmas falsas que imiten los autógrafos auténticos.
Por ello son necesarios expertos especializados en certificar autógrafos de personajes famosos o históricos, ya que es muy difícil encontrar documentos firmados de algunos personajes con los que compararlos. Los Peritos Calígrafos muchas veces son contratados para realizar los certificados de autenticidad, bien sea de un autógrafo en un simple papel, o para expertizar la firma en una obra de arte. Los Peritos actúan contratados por grandes casas de subastas o por los coleccionistas privados para determinar la autenticidad de la pieza antes de sacarla a la venta, para asegurarse de su autenticidad y de que el precio sea mayor.
Entre los autógrafos en papel encontramos muchos intentos de falsificación, al ser piezas muy cotizadas. La lista de los más imitados se encabeza por figuras como Elvis Presley, Los Beatles y Michael Jackson. Sin embargo, muchas veces no existe un ánimo doloso de entregar un documento falso, simplemente es un tema de practicidad: ante la enorme demanda a algunas personas célebres o famosas, son sus secretarios y asistentes los que se encargan de responder a las peticiones de sus seguidores, liberando de esta labor al artista o celebridad.
El actor de La Guerra de las galaxias Anthony Daniels, el hombre dentro de C3PO, tiene una sección en su sitio web dedicada a autógrafos falsos, titulada “Falsificaciones del lado oscuro”, mientras que el también actor del reparto, Mark Hamill, a menudo verifica firmas para admiradores que las publican en Twitter: “Me veo con la obligación de proteger a todos los fans de verdad para que no sean víctimas de comerciantes deshonestos”, ha publicado en su propia cuenta.
3. ¿Cuáles son los autógrafos más caros de la historia?
Los sitios Walesonline.co.uk y MostExpensive.net disponen de una lista de las firmas más famosas y caras de la historia. Esta lista se completa con la elaborada por la revista FORBES.
El ranking lo encabeza William Shakespeare. El autor de Romeo y Julieta es el más buscado por los coleccionistas. Su firma original es considerada la más cara del mundo porque solo se conocen 6 firmas originales, llegando a cotizarse en subasta entre 5 y 10 millones de dólares.
En segundo lugar, encontramos a Abraham Lincoln. Una rúbrica legible del que fuera presidente de los Estados Unidos, en la enmienda que abolía la esclavitud, se vendió por casi 800.000 dólares.
John Lennon ocupa el tercer lugar. El célebre Beatle produjo su último álbum “Double Fantasy” junto a su mujer Yoko Ono. En 2003 una sala de subastas vendió un disco original con la firma del cantante y provisto de certificado de autenticidad por 525.000 dólares. Sin embargo, se rumorea que el mismo disco “Double Fantasy” que John Lennon firmó a su asesino en 1980 fue vendido por 1.521.000 euros. Al parecer se lo firmó a Mark Chapman horas antes de su muerte y está considerado uno de los objetos más valiosos de la historia.
Los Beatles siempre son un buen reclamo: por una copia del “Sgt. Peppers Lonely heart club Band” firmada por los 4 Beatles según la BBC, un fan pagó 294.000 dólares.
Babe Ruth ocupa el cuarto lugar en el ranking de autógrafos más caros del mundo. Un bate o pelota con la firma de esta leyenda del baseball puede llegar a costar entre 500.000 y 1 millón de dólares.
El álbum debut firmado por The Rolling Stones, de 1964 se subastó allá por 2015 por 154.000 euros.
Músicos como Jimmy Page (de Led Zepelin) o Jimmy Hendrix también cotizan al alza por sus autógrafos. Una guitarra firmada por Page llega a costar más de 80.000 dólares, y un autógrafo certificado de Hendrix en papel 68.000 dólares.
El nombre de Neil Armstrong también vende. Una firma del primer hombre en pisar la Luna y probablemente el astronauta más famoso del mundo puede cotizarse en unos 7.000 dólares. Armstrong era poco dado a firmar autógrafos, de ahí que los pocos que se localizan puedan cotizarse a un precio razonablemente alto.
Dado el negocio que mueve la industria de los autógrafos, hace unos años se empezó a popularizar entre los famosos cobrar a sus seguidores por firmarles autógrafos, o por permitir que se fotografiaran con ellos. Esta práctica, abusiva para algunos, justa para otros, comezó a gestarse en Estados Unidos y se ha popularizado entre un detemianado sector de la industria hollywoodiense: el actor David Prowse, Darth Vader en Star Wars, Gal Gadot (la actriz que interpreta a Wonder Woman) y Millie Bobby Brown (famosa por su papel de «Eleven» en la serie Stranger Things) son muestras de ello: cobran entre 50 y 400 dólares por autógrafo, según los casos.
El actor Bryan Cranston anunció que se “retiraba” de firmar autógrafos en 2018, mientras que el batería de Los Beatles Ringo Starr grabó un famoso video en el que anunció que no firmaría nada más después de años de atender solicitudes. Según el director John Waters, Jodie Foster ha rechazado solicitudes de autógrafos diciendo, misteriosamente, “no me dejan”.
4. ¿Me firmas un autógrafo? o, ¿nos hacemos un selfie?
El mundo de los autógrafos tiene un serio competidor: el selfie.
El autógrafo tiene, a día de hoy, un pequeño – gran competidor que cabe en el bolsillo: el teléfono móvil. Además de autógrafos, las celebridades ahora sonríen para las cámaras de sus seguidores.
Uno de los efectos secundarios de la pandemia es que ha hecho desaparecer, al menos en parte, el concepto de intimidad que teníamos antes de 2020. Durante las videoconferencias, las cámaras de nuestros dispositivos electrónicos nos han expuesto ante el mundo: nuestros familiares, amigos y compañeros de trabajo.
La popularización de los “smartphones” y las redes sociales ha dejado atrás la obsesión por los autógrafos, entrando a competir con los autógrafos por el premio al recuerdo ideal. Ya existen mercados secundarios de selfies que monetizan la ilusión, englobando un mundo de coleccionistas que compran y venden en línea.
¿Cuál será el siguiente paso?